
De crimen y sin castigo. Rocío Caballero Pintura
Parafraseando el libro Crimen y castigo del escritor ruso Fiódor Mijailovich Dostoievski (1821-1881), la pintora Rocío Caballero explora la psicología del hombre contemporáneo, poniendo de manifiesto la coincidencia de esta novela con la naturaleza del ser actual, en los que se aprecia la subjetividad de los personajes cuya intención maligna o no, se ve oculta en ocasiones por el empleo de la máscara; asimismo, la ambivalencia del hombre y la irracionalidad que habita en el inconsciente.
Lo anterior queda de manifiesto al decir de la propia artista, que en la presente serie “explora a los hombres que buscan el poder político, social y económico únicamente como medio para encontrar un bien personal. Los hombres que integran esta serie se visten como “yuppie”, deseando conservar su statu quo; son arrogantes, cínicos y exitosos. Algunos de ellos portan máscaras de animales como símbolo de la cualidad que los determina. Estos hombres con máscaras, juegan a la simulación y se disfrazan de indolentes, sus acciones por más viles e inmorales no tienen castigo físico, social o de conciencia”.
Es así como el presente tema, tratado bajo un realismo no académico, presenta escenas y personajes reconocibles, que son reinterpretadas desde una visión subjetiva que le otorga la capacidad de fabulación, y mediante las cuales crea una ficción pictórica llena de símbolos y signos de la cotidianidad actual o sea, imágenes neo-icónicas, que complementan la descripción o narrativa de su pintura, y por las que consigue materializar obras capaces de contarnos o hacernos construir, a cada uno de nosotros, una historia que acaba de suceder; imágenes de naturaleza sentenciosa que se ven claramente referenciados en la cuidadosa elección de los propios títulos, construidos mediante adiciones de aforismos y adagios que encierran en sí mismas toda una puesta en escena conceptual y formal.
Es así como podemos decir que nos enfrentamos a una obra poseedora de una concisa narrativa de las patologías sociales del mundo contemporáneo, plasmada con una técnica de gran calidad y meticulosidad por la que genera composiciones abigarradas o de un barroquismo personal, que bien podríamos definir como una pintura inscrita dentro de un realismo “abierto”, contemporáneo y vigente.
Rafael Pérez y Pérez
Diciembre 2013