
Agua: elemento vivo
Rocío Caballero ha pintado una serie plenamente pictórica. Su referencia es la vida acuática y consigue dar a entender la riqueza orgánica con texturas, colores y diseños de cuerpos en movimiento y tensión hasta el punto de integrar un espacio pleno donde todo tiene que ver con todo.
Rocío deconstruye el romanticismo y el racionalismo. Sigue para ello la discusión de Lessing, quien critica al Laoconte para deslindar su dramatismo temático de su solución escultórica. El “Príncipe de la crítica” pregunta sobre lo artístico en la famosa escultura romántica y da a entender la capacidad de movimiento del padreen lucha contra los monstruos marinos como principio de reflexión de la anécdota de por sí tremenda. Rocío procede igual: no son náyades, sirenas o Neptuno quien garantizan la calidad artística, sino es el barroquismo plenamente pictórico la raíz y el fruto de ese complejo valor.
Rocío deconstruye así el racionalismo hasta negar las estructuras linealmente rígidas no sólo en y con la riqueza de la vida en el agua profunda, sino con la deconstrucción de los cuerpos y sus rostros que miran producir tensiones encontradas. No es casual la preferencia del cuerpo femenino, fuente de vida engendrada y sensual, hasta hacer del flotar una metáfora de existencia en el universo de la creación. Solo un hombre convenientemente despatarrado, apunta internándose en el agua, hacia el otro origen.
Para ilustrar la genealogía pictórica, Rocío presenta una serie de pequeños grandes cuadros donde aparece su teoría del color del verde, azul y amarillo y sus elementos más o menos simples, desde el rostro congestionado, hasta el de índole delacroixiana por su belleza femenina, el agua profunda, la marejada y los cuerpos en posiciones forzadas por la fuerza del agua a la que replican. Claves y resultados plenos en los formatos mayores prueban la necesidad de deconstruir el repertorio histórico de los artistas para arribar a la gran pintura.
Alberto Hijar
Columna Desvelos de El Financiero 1998